Los expertos señalan que su aparición está ligada a factores de humedad y temperatura y desaconsejan el uso masivo de plaguicidas químicos para combatirlas
 
La plaga de orugas del campo detectada en el municipio de Astillero es totalmente inofensiva para el ser humano y su aparición está ligada a factores de humedad y temperaturas, por lo que los expertos desaconsejan el uso general de plaguicidas químicos como tratamiento de choque para combatirlas. La recomendación es limitarse a aplicaciones puntuales de plaguicidas domésticos cuando sea necesario, con la previsión de que en breve la presencia de las orugas vuelva a sus niveles habituales.
 
La concejala de Medio Ambiente, Maica Melgar, ha explicado que la empresa de desinfección y control de plagas contratada por el Ayuntamiento ha informado que estas larvas, aunque molestas, no están asociadas a ninguna enfermedad humana. “Los expertos nos advierten que los efectos negativos del uso masivo de plaguicidas químicos pueden ser mucho mayores que su eficacia contra una plaga que, previsiblemente, dejará de serlo cuando bajen las temperaturas”, ha señalado la concejala.
 
“Como siempre, el Ayuntamiento se guiará por los criterios de los expertos y profesionales, y dado que en este caso no recomiendan medidas masivas de choque, no se aplicarán plaguicidas de forma generalizada en el municipio”, ha afirmado Melgar. En cualquier caso, se hará un seguimiento de la evolución de la plaga y si en algún momento los expertos recomendasen medidas de choque, “sin lugar a dudas se tomarían”.
 
La aparición de las orugas del campo coincide con periodos de humedad ambiental y determinadas temperaturas, como las que se han registrado en días pasados, y no están tampoco asociadas a ningún tipo de terreno concreto, ni edificios abandonados, almacenes o depósitos…
 
Además, el ciclo biológico de estas orugas, de color verdoso en cuerpo y líneas amarillas en la parte baja, “es corto” y el descenso de las temperaturas provoca un importante aumento de su mortalidad.
 
Por otro lado, advierten que la aplicación de plaguicidas químicos como tratamiento de choque, o periódicamente con procedimientos agresivos, como la pulverización, aspersión, etc…, únicamente elimina las presentes en la zona tratada, sin que tener efecto preventivo para evitar la entrada de nuevas orugas.
 
Los expertos detallan que dado el bajo gasto metabólico de las larvas, para eliminarlas es necesario el uso de un producto “agresivo” que podría dañar la hierba donde se aplique, ya que no hay en el mercado ningún producto efectivo contra estas orugas “que no tenga efecto residual” y que sirva como medida preventiva.
 
Por ello, desde la empresa de desinfección y control de plagas consideran más aconsejable la aplicación puntual de plaguicidas domésticos disponibles en el mercado si las orugas se encuentran en la fachada o el suelo de la casa, y rociar de forma diaria el perímetro exterior del edificio mientras dure la plaga. Posiblemente, en un breve plazo de tiempo, y siempre dependiendo de las condiciones climatológicas, la presencia de orugas volverá a sus niveles habituales dejando de ser una molesta plaga.