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El rehabilitado puente de hierro sobre la Ría de Solía se reabre oficialmente este lunes 17 de diciembre

Diciembre 12 2018

La inauguración será a las 10.00 horas, con la presencia del Consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, Francisco Martín, cuyo departamento ha financiado la rehabilitación, y los alcaldes de Astillero y Villaescusa
 
La esperada reapertura del puente de hierro sobre la Ría de Solía tendrá lugar este lunes, 17 de diciembre, una vez concluidas las obras de rehabilitación de esta estructura que comunica los municipios de Astillero y Villaescusa. El acto de inauguración será a las 10.00 horas, con la presencia del Consejero Consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, Francisco Martín, cuyo departamento ha financiado el proyecto, con una inversión de 165.000 euros.
 
Una vez finalizados los trabajos, restaba realizar la prueba de carga que se superaba con total éxito este martes, por lo que ya no hay impedimentos para que la próxima semana se vuelva a abrir oficialmente el paso por esta emblemática joya de la arqueología industrial, que potenciará el turismo activo en la zona.
 
El alcalde de Astillero, Francisco Ortiz, ha recordado que las obras ejecutadas por la Consejería han incluido la recuperación del acero deteriorado en esta estructura metálica, que tiene 115 años de antigüedad. Además, se ha aumentado la plataforma para comodidad de ciclistas y peatones, se han hecho tratamientos de pintura y se ha sustituido el tramo de tubería de abastecimiento de agua que atraviesa el puente.
 
El puente formó parte de la vía férrea Astillero-Ontaneda entre 1905 y 1973 y en la actualidad se utiliza como vía verde para peatones y ciclistas. La restauración de este puente es fundamental para conectar por medio de carril bici Astillero con Villaescusa y luego, desde Santa María de Cayón, poder ir en bicicleta hasta Ontaneda.
 
La obra, casi de forja y ajuste, ha supuesto la rehabilitación del acero de la estructura centenaria, con un trato especial para mantenerlo lo más parecido al original y conservando su resistencia. El puente queda iluminado con un tablero más ancho (pasando de un poco más de dos metros a cuatro) para que dé servicio más cómodo a varias generaciones.