Situado en el lateral del pabellón, ofrece una mayor disponibilidad que el existente en la zona externa ya que al ser cubierto los aficionados ya no dependen de la climatología, especialmente en los meses de invierno y otoño, para la práctica de la escalada.
Se podrá ejercitar así este deporte en las mejores condiciones posibles, además de prolongar el tiempo dedicado a los entrenamientos.
La estructura que compone la parte principal del rocódromo cuenta con una altura de 8 metros y una anchura de 5,5 metros.
Dispone además con un saliente máximo con respecto a la fachada vertical de entre dos y dos metros y medio.
Se compone también de varias vías de escalada además de variedad de planos y formas diédricas de tal forma que posibilita diferentes modos de escalada y niveles de dificultad.
Asimismo, la estructura principal está complementada por lo que los expertos en la materia llaman un bulder, que es un bloque de menor tamaño que el anterior y que se destina a los entrenamientos y para practicar la técnica de escalada en horizontal, así como para los interesados en perfeccionar su técnica con diferentes grados de dificultad ya que cuenta también con diversos planos inclinados y un saliente máximo con respecto a la fachada de dos metros.
Su altura es de 3,5 metros y su anchura de 10 metros.
Con el fin de garantizar la seguridad de los deportistas, en la base del rocódromo se ha colocado una colchoneta de 10 metros de largo y dos de ancho.
En Astillero existe afición a la escalada como demuestra la existencia de un veterano colectivo como el Grupo de Montaña Astillero que coordina la Escuela Municipal de Montaña.
En este sentido, los componentes de esta agrupación entrenan habitualmente en el rocódromo ubicado en el exterior del pabellón La Cantábrica por lo que con el del interior del polideportivo, tienen un espacio más, más moderno y cómodo, y que está abierto también a todos los usuarios de estas instalaciones.
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