El consejero de Obras Públicas, Francisco Rodríguez y el alcalde de Astillero, Carlos Cortina, han visitado las calles Lepanto y Avenida de Chiclana en las que el Ejecutivo cántabro ha llevado a cabo un proyecto de inversión con el fin de reparar el firme y las aceras en algunos de sus tramos. Ambos políticos ponderaron la intervención efectuada ya que ha permitido solucionar las irregularidades que presentaba el firme así como resolver los deterioros de las zonas peatonales. El presupuesto ha rondado los 100.000 euros y ha sido sufragado en su integridad por el Gobierno, tras el acuerdo al que llegó con el ayuntamiento de hacerse cargo de las obras. Tras sacar a concurso los trabajos, estos fueron adjudicados a la empresa Asfín Cantabria S.L. Las deficiencias tenían su origen en las escorias procedentes de la industria siderúrgica que se utilizaron en la remodelación de los citados viales con motivo de las obras de la Autovía a su paso por Astillero.

Con el paso del tiempo, y en base a la opinión de los técnicos, ese material se ha expandido, lo que provocó abombamientos y grietas en la calzada. Así, las obras han consistido en la excavación de las capas de firme de los tramos de acera y vial afectados por esos abombamientos, la retirada de todo el material de escorias existente en esos tramos, además de la reposición con material granular de distintos tamaños, tanto del pavimento de baldosa en las aceras, como de mezcla bituminosa en caliente en los viales.

Asimismo, para evitar en la medida de lo posible la acumulación de aguas superficiales, se ha procedido a la realización de una red de evacuación de las mismas así como la colocación de nuevos sumideros que se han conectado a la red de drenaje existente a fin de conducir las aguas provenientes de las lluvias. Una vez comenzadas las obras, durante el proceso de excavación se observó que el  relleno estaba compuesto por una capa de escorias de espesor variable y otra capa de hasta 1 metro de espesor formada por una mezcla de escorias y materiales orgánicos y de vertedero que han sido retiradas en su totalidad. Se han saneado así 1.211 metros cuadrados de vial, la mayoría de ellos superiores al metro de profundidad, y se han reconstituido el firme con zahorras, y hormigón en algunos tramos donde existen canalizaciones con el fin de reforzarlos, todo ello terminado mediante el extendido de una capa de 7 centímetros de mezcla bituminosa en caliente.

En cuanto a las aceras existentes, se han reparado 128 metros cuadrados que corresponden a los tramos con mayores hundimientos. Todos estos trabajos se han tenido que realizar mediante el corte total del tráfico, creando un desvío provisional, que se mantuvo durante el periodo que duró la obra. Cabe mencionar que durante los trabajos de vaciado, se ha tenido especial cuidado con los servicios afectados, entre ellos una impulsión de saneamiento y una tubería de abastecimiento de agua propiedad de GSW -no descrita en proyecto-, lo que ha dificultado y ralentizado notablemente la ejecución de los trabajos. En cuanto a la señalización, se ha repuesto la existente, mediante repintado de marcas viales.