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El término municipal de Astillero cuenta con 9 contenedores para el depósito de ropa de segunda mano

Agosto 06 2014

Los ciudadanos  pueden ahora depositar en los contenedores material textil y la ropa que no  utilicen y que en muchas ocasiones acaba en la basura. Ello es posible tras la firma de un convenio del Ayuntamiento de Astillero con la empresa Ecolabora Cantabria con el fin de facilitar a los vecinos el depósito de ropa de la que quieran desprenderse. En total, hay 9 contenedores en otras tantas calles del término municipal. Las calles en las que se pueden encontrar ya los depósitos son Paco Gento (junto al pabellón Guillermo Cortés), Carretera vieja de Boo, Herminio Fernández Caballero (intersección con Tomás Maza Solano), Marqués de la Ensenada (frente estadio Frajanas), La Industria (frente a Correos), San José junto a la parroquia, Pedro Fernández Escárzaga (junto a la iglesia de Muslera), urbanización La Cantábrica y Ría de Solía (junto al centro comercial Los Puertos).  

Los recipientes son de color verde y en ellos se puede depositar tanto ropa como calzado en bolsas cerradas para su posterior reciclaje.   Es de destacar asimismo el fin social de esta iniciativa ya que para que pueda llevarse a cabo de forma adecuada la empresa contrata a personas procedentes de colectivos con dificultades de inserción en el mercado de trabajo. Con esta iniciativa, el ayuntamiento da un paso más para logra que Astillero sea una localidad más sostenible, dado que la ropa que deja de tirarse a la basura supone ahorrarse el tiempo y los costes que se dedican a su reciclaje, lo que contribuye así a alcanzar un objetivo medio ambiental y ecológico. Supone asimismo facilitar al ciudadano de Astillero el gesto solidario de entregar la ropa que ya no utilice para que pueda ser utilizada por otros y, a la vez, contribuir a crear empleo en esta actividad. En el 2013, los astillerenses depositaron algo más de 43 toneladas de material textil y zapatos en los contenedores habilitados para ello por todo el término municipal. Esa cifra supone que, de media anual, cada vecino envió al reciclaje 2,47 kilos.