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La pista deportiva de La Planchada de Astillero acogerá el sábado un torneo de Boccia en el que participarán personas con discapacidad severa

Agosto 27 2014

Astillero acogerá el próximo 30 de  agosto, a las 11:30 horas en la pista de La Planchada, un torneo de Boccia, disciplina paralímpica en la que participan personas con discapacidad severa. El evento está promovido por la Asociación Somos Astillero-Guarnizo (ASAG), que cuenta para la ocasión  con la colaboración de la Federación Cántabra de Personas con Discapacidad y el club AMICA, así como del Ayuntamiento de Astillero y diversas entidades privadas como Grupo TEIBA, Deportes Kike, Cisternas Cobo, Floristería Sara y carnicería Escallada-Pacheco. Con esta actividad, la asociación astillerense pretende hacerse visible, sensibilizar a la población acerca de las necesidades especiales de las personas con algún tipo de discapacidad y contribuir con sus sugerencias y aportaciones a la eliminación de las barreras no solo físicas sino mentales a la que aún hoy se enfrentan diariamente.

En el encuentro participarán varios equipos de AMICA divididos en diferentes categorías. La boccia es un deporte exclusivamente paralímpico que aunque de origen muy antiguo fue recuperado en los años 70 del pasado siglo por los países nórdicos con el fin de adaptarlo a la personas con  disfunción funcional (discapacidad). A España llega en el año 1988 con motivo de la celebración de los II Juegos Ibéricos para personas con Parálisis Cerebral. Desde entonces, ha tenido un gran desarrollo en el país, lo que se refleja no sólo en el número de licencias deportivas existentes en la actualidad sino también en los resultados alcanzados por la Selección Nacional en el ámbito internacional, situando a España como una de las primeras potencias en este deporte. Es similar a la petanca y en él únicamente participan personas en silla de ruedas, con graves afectaciones por parálisis cerebral u otras discapacidades físicas severas. Es un juego de precisión y de estrategia, con sus propias reglas recogidas en un reglamento internacional. Los elementos de este deporte son seis bolas rojas y seis azules (un color por competidor) y otra blanca (o “diana”) de 8´3 cm. de diámetro y un peso de +/- 270 gr. En cada partido, el objetivo de cada deportista es acercar sus bolas a la bola “diana” intentando sacar la máxima ventaja (puntuación) a su contrincante. Los partidos constan de 4 o 6 parciales en función de que se juegue individualmente, por parejas o equipos. El terreno de juego mide 12´5 x 6 m y el suelo preferentemente es de madera o sintético, materiales habituales en los polideportivos. Las categorías se establecen en función del grado de discapacidad de los deportistas. Todos ellos, gravemente afectados y por tanto sentados en sillas de ruedas, lanzan las bolas con sus manos, excepto los de la clase correspondiente a la discapacidad más severa, que juegan con la ayuda de una canaleta, sobre la que su piloto deposita la bola una vez escogida la dirección por el deportista. Existen pruebas individuales, por parejas y de equipos, siendo un deporte mixto en el que los hombres y las mujeres compiten entre sí. Se convirtió en deporte Paralímpico en 1988, en los Juegos de Seúl.