Se trata de una prestación que es recibida en la actualidad por 52 vecinos y que fue puesta en marcha en el año 2005, lo que convirtió al municipio en pionero en Cantabria en esta iniciativa.
El Consistorio de Astillero asume la mayor parte del coste de la misma con el fin de conseguir que sea lo más asequible posible para sus usuarios, teniendo en cuenta además que sus destinatarios son personas mayores, con problemas de movilidad y dificultades para la elaboración de comidas.
Por su parte, el usuario y en base a un baremo establecido en función de su nivel de ingresos, paga una parte del coste de la comida.
Según el último balance realizado, más de un 50% de los que se benefician del catering paga el coste mínimo por menú, es decir, 1,52 euros.
De esta forma, paga menos quien menos ingresos tiene.
La partida presupuestaria destinada por el Ayuntamiento a este fin se ha incrementado en los últimos años, pasando de los 50.000 euros del año 2006 a los actuales 150.000 euros, tres veces más.
La prestación del Ayuntamiento es una clara mejora de la calidad de vida de los vecinos que se benefician de la misma ya que la comida se entrega a domicilio todos los días, incluidos sábados y domingos, así como festivos.
Además, se suministra caliente por lo que no se requiere ninguna manipulación posterior.
El menú, que es diferente para cada día de la semana, consta de un primer plato, un segundo y postre.
Se trata de un servicio personalizado ya que la dieta está diseñada por los médicos de cabecera de sus beneficiarios, que son los que fijan las singularidades que tiene que tener la alimentación de estas personas en función de sus requerimientos médicos y sanitarios, por lo que los menús tiene en cuenta la sal, las grasas y todo aquello que corresponde a una comida personalizada.
Este programa se considera un paso necesario para las personas a las que va dirigido, que se caracterizan por una tendencia a salir poco, dificultades para cocinar y que quizás ya no preparan las comidas con el suficiente aporte energético y dietético conveniente a su edad, lo que acaba acarreándolas problemas de salud posteriores.
Según el último balance efectuado, el mayor número de usuarios tiene más de 81 años (34 personas).
Las mujeres son beneficiarias en un porcentaje del 82%.
Por otro lado, además de posibilitar que las personas mayores puedan seguir viviendo en sus casas y con su familia, se convierte en un recurso de apoyo a esta última.
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