La Escuela Municipal de Folclore del Ayuntamiento de Astillero que gestiona la asociación “,La Barquía”,, recorrerá este viernes algunas de las calles de la localidad cantando las tradicionales marzas, como viene haciendo años anteriores.
A las seis de la tarde, un grupo de 10 o 12 de los más jóvenes del colectivo, principalmente, cantarán la tradicional canción a las puertas del Ayuntamiento, en la calle San José número 10.
Las Marzas, como su nombre indica, son cantos propios del mes de marzo, concretamente se celebran el último día de febrero o el primero de marzo, conmemorándose así la llegada de la primavera.
Provienen del latín Kalendae Martiae y su tradición se remonta a muchos siglos atrás, posiblemente incluso anterior a la llegada de los romanos.
Consistía en una comitiva formada por chicos jóvenes del lugar, provistos de palos, cestas, sacos, etcétera, que recorrían al anochecer una por una las casas de los vecinos pidiendo aguinaldos a cambio de los cantos que entonaban que variaban según la época del año (había marzas de Nochebuena, Año Nuevo, Reyes y Pascua.
Era costumbre dirigirse a los dueños de la casa antes de empezar con la frase: ¿Cantamos o rezamos? por si en la casa se estaba de luto.
A la hora de la despedida, si los dueños habían sido dadivosos, se les daba el “,buen dao”,.
Para los más huraños o tacaños, existían las marzas “,rutonas”, o de “,ruimbraga”,.
La Escuela Municipal de Folclore tiene su sede en el centro cívico Leonardo Torres Quevedo.
Su objetivo es la enseñanza de los instrumentos más típicos del folclore regional como el rabel, el pito montañés, la pandereta, la gaita y el tambor así como del canto y la danza, que son su complemento, por lo que en Astillero se ofrece una enseñanza que abarca los ámbitos más representativos del folclore autóctono.
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